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Sensus divinitatis

Existencia de Dios, Sensus divinitatis, Juan Calvino, Alvin Plantinga , Daniel Everett, Antony Flew.

El sensus divinitatis o sentido de la divinidad es una expresión acuñada por el teólogo Juan Calvino (1509-1564) que alude a la innata percepción de Dios que el ser humano tiene grabada en su yo profundo. Se podría dudar de que realmente la tenga en vista de que hay muchos que no creen en la existencia de Dios, como los ateos y los agnósticos; sin embargo, podría entenderse que sí tienen esa impronta grabada en su yo profundo solo que sofocada por factores culturales.

Así como nuestros cinco sentidos nos permiten percibir la realidad en la que estamos inmersos, el sensus divinitatis, es una especie de sexto sentido, nos permite percibir la existencia de Dios. El filósofo Alvin Plantinga (1932) está en la misma línea de Calvino al considerar al sensus divinitatis  como una facultad innata, como una percepción directa de lo sobrenatural, que permite al ser humano percibir la existencia de Dios. 

También se dice, como supuesta prueba de que el sentido de la divinidad no es innato, que ciertas comunidades primitivas carecen absolutamente de cualquier sentido de la divinidad. Suele citarse, como caso emblemático, las experiencias vividas durante varios años por el lingüista y misionero cristiano Daniel Everett, quien intentó infructuosamente evangelizar a los indios Pirahá, una pequeña tribu de la Amazonía brasileña.

Esa tribu no tiene ni la más remota idea de Dios. La cosmovisión de los Pirahá, relata Everett, se basa exclusivamente en la experiencia inmediata, en el aquí y el ahora. Solo creen en lo que ven y de ninguna manera en lo que no ven. Incluso su noción del tiempo se limita al que están viviendo, es decir, al presente, tanto así que sus verbos se conjugan solo en presente. Es lógico que en esas condiciones su sensus divinitatis no se manifieste en forma alguna, toda vez que su inusual cosmovisión, es decir, su realidad cultural, se lo impide. Entonces el caso de esa tribu es un caso de excepción que no prueba que los seres humanos no tengamos sentido de la divinidad. No se puede generalizar lo que es un caso excepcional.

Es patente que los seres humanos sí tenemos el sentido de lo divino, que lo sentimos en nuestras vidas diarias y lo expresamos de muy diferentes maneras. No descarto que también existan casos de creyentes que aparentemente se vuelven no creyentes, pero lo más probable es que lo que en realidad rechazan no sea a Dios sino a las aberraciones de ciertas organizaciones religiosas. 

Pero por otra por otra parte, hay casos de ateos que se convierten en creyentes, lo cual puede ser señal de que en el fondo de sus almas sí aletea el sensus divinitatis a espera de una oportunidad para revelarse. Si consideramos el caso excepcional de la tribu Pirahá también debemos considerar este otro caso excepcional, el de aquellos ateos que se vuelven creyentes.   Cito como ejemplo el caso de Antony Flew, filósofo inglés que durante más de cincuenta años fue el filósofo ateo más conspicuo del mundo, hasta el año 2004 en que sorprendió a todos al declarar que: “Ahora creo que el universo fue traído a la existencia por una Inteligencia infinita”.

En suma, el sensus divinitatis es real, existe, aunque en algunos casos esté velado o adormecido por cosmovisiones incompatibles con él.


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Publicado enFilosofía y religión

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